Quiero presentar un video. Yo no soy un gran navegante de la red y muy pocas veces fue el destino de este blog hacer notar uno u otro hecho cultural accesible por internet. Prefiero mirar el blog de Franky. Pero a veces veo cosas que me gustan. Y a veces veo cosas que me gustan mucho.
El video éste del honking fail me gusta mucho.
Me gusta cómo empieza, con los skaters mediocres filmando los truquitos. A mí me dijeron mirá esto y no sabía qué le iba a pasar, quizá al de negro, no sabía. Después se escucha un auto frenar de golpe y los dos miran para un lado, algo pasa, rápidamente gira la cámara.
Me encanta cómo al principio no te das cuenta que la vieja está dormida, pero junto con el bocinazo por su movimiento brusco lo entendés de golpe. Que el auto sea descapotable linda con la perfección, los anteojos negros son sublimes e incluso que sea un Mercedes es casi demasiado.
No hace falta aclarar que mis alcances cinematográficos son bastante limitados, este comentario es evidencia, pero a mí el video este me pararece hecho con guión y dirección. El ángulo de la cámara permite una simpática visión de perfil, las señales de tráfico hasta parecen puestas a un modesto efecto estético y fotográfico. La del peatón cruzando el paso de cebra además habla el idioma de las ideas. La cámara filma unos skaters, gira sobre su propio eje, y te muestra esto. Hasta la mala calidad de la imagen hubiera sido aceptable y significativo en un cortometraje escrito y puesto en escena.
El simple hecho de que alguien esté dormido en la calle, se inmute cuando un auto está a punto de atropellarlo, que otra persona lo grabe… está bueno. Parece que sólo va a seguir caminando pero el golpe que le da con el bolso, exactamente coincidente con el airbag (parte de la ontología del airbag), volvés a pensar que esto alguien lo está grabando. Por eso lo estás viendo. Y no es sólo la documentación de la situación; tiene narrador.
Se vuelve a retratar a los skaters, de otra manera, con su risa, le agrega complicidad y un circulito. Volvés a pensar estos chicos hicieron y se hicieron “arte” por “casualidad”. Es como cuando Paul Auster hace ficciones de situaciones increíbles formadas por el azar y la casualidad, pero sin el Paul Auster y sin las ficciones. Pero lo demás lo tiene. Especialmente el narrador...y el recurso del manuscrito encontrado; la situación que se le presenta al narrador que no se hace cargo -falsamente o no- de su causa pero que es forzado a vivir sus consecuencias o por lo menos a formar parte de ellas.
Zoom In al conductor buenmozo, a su desconcierto, se quita las gafas, la vieja sigue caminando, en dirección a la cámara, con toda la tranquilidad del mundo, le vemos mejor la cara y los rasgos; el conductor buenmozo abre la puerta del auto y termina la secuencia. Menos de cuarenta segundos en total.
El final es exitoso y abierto, pero más abierto es pensar qué tendría la vieja en el bolso o qué significa ver esto y que alguien lo haya grabado.
El video éste del honking fail me gusta mucho.
Me gusta cómo empieza, con los skaters mediocres filmando los truquitos. A mí me dijeron mirá esto y no sabía qué le iba a pasar, quizá al de negro, no sabía. Después se escucha un auto frenar de golpe y los dos miran para un lado, algo pasa, rápidamente gira la cámara.
Me encanta cómo al principio no te das cuenta que la vieja está dormida, pero junto con el bocinazo por su movimiento brusco lo entendés de golpe. Que el auto sea descapotable linda con la perfección, los anteojos negros son sublimes e incluso que sea un Mercedes es casi demasiado.
No hace falta aclarar que mis alcances cinematográficos son bastante limitados, este comentario es evidencia, pero a mí el video este me pararece hecho con guión y dirección. El ángulo de la cámara permite una simpática visión de perfil, las señales de tráfico hasta parecen puestas a un modesto efecto estético y fotográfico. La del peatón cruzando el paso de cebra además habla el idioma de las ideas. La cámara filma unos skaters, gira sobre su propio eje, y te muestra esto. Hasta la mala calidad de la imagen hubiera sido aceptable y significativo en un cortometraje escrito y puesto en escena.
El simple hecho de que alguien esté dormido en la calle, se inmute cuando un auto está a punto de atropellarlo, que otra persona lo grabe… está bueno. Parece que sólo va a seguir caminando pero el golpe que le da con el bolso, exactamente coincidente con el airbag (parte de la ontología del airbag), volvés a pensar que esto alguien lo está grabando. Por eso lo estás viendo. Y no es sólo la documentación de la situación; tiene narrador.
Se vuelve a retratar a los skaters, de otra manera, con su risa, le agrega complicidad y un circulito. Volvés a pensar estos chicos hicieron y se hicieron “arte” por “casualidad”. Es como cuando Paul Auster hace ficciones de situaciones increíbles formadas por el azar y la casualidad, pero sin el Paul Auster y sin las ficciones. Pero lo demás lo tiene. Especialmente el narrador...y el recurso del manuscrito encontrado; la situación que se le presenta al narrador que no se hace cargo -falsamente o no- de su causa pero que es forzado a vivir sus consecuencias o por lo menos a formar parte de ellas.
Zoom In al conductor buenmozo, a su desconcierto, se quita las gafas, la vieja sigue caminando, en dirección a la cámara, con toda la tranquilidad del mundo, le vemos mejor la cara y los rasgos; el conductor buenmozo abre la puerta del auto y termina la secuencia. Menos de cuarenta segundos en total.
El final es exitoso y abierto, pero más abierto es pensar qué tendría la vieja en el bolso o qué significa ver esto y que alguien lo haya grabado.