Aves que vuelan y no vuelven,
A veces las veo y no vuelven.
Como el rostro apartado
que no vuelve.
El que se sienta en el
pasto no vuelve.
El que se lanza al
abismo no vuelve.
Y es tan así, caballeros,
así es tanto.
--.-.
viernes, 29 de septiembre de 2006
volando con el interné
sábado, 16 de septiembre de 2006
Próximamente, aunque
sin ninguna promesa, sin besarme el dedo en ninguna dirección, sin firmar con sangre; sin cruzarme el corazón y desear la muerte (ni nada remotamente cerca, asique repriman cualquier preocupación ya que, aclaro, mi instinto suicida, si existe tal cosa, está absolutamente bajo contrlo). Sin comprometerme a ningún otro tipo de contrato arcaico/patológico, es mi placer informarles que, citando las letras grandes y verdes que los no dislexicos o, para ser mucho más agradables y muchísimo menos ignorantes en el área pertinente a la dislexia, los ponjas en período de transición, ya deben haber leído: |
domingo, 3 de septiembre de 2006
algo que le escribi a Mili el cinco de marzo del dos mil cinco
Labels: Prosa espontánea