miércoles, 30 de agosto de 2006

Tales sitaciones en tal momento d.C. más o menos alrededor de la época del Niño, La Escuela de Platón y Los Fieles de Cristo

Algunos hablaban del Académico con ese humor oscurecido característico de sus emociones. Entregando la energía adecuada, El Niño solía repudiar a los agresores con cuentos de magos y de sabidurías celestiales. Los Escépticos escuchaban los decibelios disminuir en comparación a las humillaciones respectivas, miraban de reojo al Niño sin dejarse asustar y algunos atinaban a recordar a Cristo, enumerando fielmente los milagros con los que el iluminado asombraba a Los Judíos.
Cuando El Niño escuchaba a Los Fieles de Cristo, melodeaba con los ojos y corregía la cabeza para un lado y consecuentemente para el otro. Los Fieles de Cristo, inmutados sus pensamientos, solamente se miraban entre sí acotando burlas y bromas siniestras.
El Académico reunía a la Escuela de Platón para actualizarlos en los acontecimientos, y ellos en cambio se asomaban por la nostálgica ventana del pasado a aquellas épocas Paganas que nunca llegaron a conocer, cuando el propósito se diversificaba y las ideas admitían riesgo y exitación.
El Niño no se permitía pérdidas, y sólo pensaba en reinar, sus propósitos claros únicamente para él, sus acciones definidas únicamente por sus propósitos; su popularidad creciendo por la novedad de sus acciones. Su autoestima en un declive aliatiorio a dichos rótulos.
Los Humanos, indiferentes a la mayoría de las transiciones, solamente querían ver el agua sucia, con el que lograban tragar los míseros alimentos, convertirse en vino.

lunes, 21 de agosto de 2006

Entra el capitán a su humilde morada. Morado el humilde ojo que todavía mira, el que controla su visión desde su aposento en la mitad siniestra de su cabeza. Morado de tanto observar, de tanto ser golpeado. El capitán se quita los zapatos, cuyo lustre ya no puede costear, y luego hace lo mismo con los calcetines. Hechando un segundo vistazo a la sala de estar, nota que su sillón ha desaparecido. "¿De dónde saca un bribón la inercia de afanarse un sillón?" se pregunta el capitán.
Del otro lado de la habitación descansa el canino. como siempre.

jueves, 10 de agosto de 2006

si pudiera meterme

dentro de la cabeza de cualquiera de estos tailandeses...