jueves, 17 de marzo de 2011

Little Rock

Sentado en la antesala del director, esperando a que me hagan pasar por última vez a ese cuartito de vidrio traslúcido, se entrecruzan por mi mente, más o menos perdida después de varios minutos de esperar en silencio, diferentes proyecciones abstractas que vienen envueltas en la palabra ‘roca’ — este monosílabo y sus distintos significados permean de formas mezcladas (visuales, auditivas, geográficas, asociativas) en casi todo el espacio de mi pensamiento ensimismado. Mrs Ashbury ya se fundió con la computadora, el escritorio y la silla, la antesala, para convertirse en un mero espacio de transición, no solo el de siempre sino también entre dos mundos y dos fases de mi vida. Antes, cuando me empezaron a mandar a la dirección, Mrs Ashbury me preguntaba qué había hecho para que me manden — yo siempre decía que no había hecho nada, o simplemente me encogía de hombros. Muchas veces, después de volver a la computadora, ella de repente se giraba, me miraba de arriba abajo y me decía, con su acento no sé si de Boston, que la mía es una edad difícil — entonces se ponía a hablar sobre su hijo, que es un año más grande y va a un colegio en la Roca. En el fondo no me molestaba que me contara esas cosas — incluso fui alimentando una curiosidad por ese chico, por su banda de rock, por la vida en la ciudad. A veces me decía que en el fin de semana había tocado en el club de tennis, o en alguna fiesta de cumpleaños, y yo me imaginaba a la gente de la ciudad comprando alcohol en las licorerías con documentos falsos y aplaudiendo entre canción y canción. Pero yo no le decía nada e intentaba no mirarla mucho, por miedo a que se dé cuenta de que me interesan las historias de su hijo. Pero hace tiempo que ella dejó de contarme nada sobre su hijo, ni de preguntarme qué hice para que me manden — yo nunca le hablo y si tengo que contestar lo hago secamente, mirando para otro lado. Últimamente, cuando entro a la dirección, ella apenas me mira y como mucho me dice ‘Ah, hola James’, o a veces ‘Ah, sos vos’, antes de levantarse para avisarle al director. Mi mochila está tirada en el piso cerca de donde estoy sentado, siguiendo la costumbre de dejarla caer antes de sentarme. El director siempre me hace esperar un poco, pero esta vez está tardando más de lo normal. Alargando una pierna me acerco la mochila, saco un libro y dejo caer la mochila otra vez. Mrs Ashbury me mira un segundo y es evidente lo que está pensando de mí. Abro el libro e intento leer, pero no puedo concentrarme. A veces me quedo mirando la misma palabra mucho rato, o el dibujo en mi pulgar, hecho con birome. De repente recorrí varios renglones pero en realidad no leí nada. Cuando pasan unos minutos doy vuelta la hoja, por vergüenza de que Mrs Ashbury se dé cuenta de que no estoy leyendo. Estoy pensando en la escena que voy a tener en casa, después de decirle a Papá que me echaron del colegio. Sé que me llamaron para eso. Hace tiempo que el director me amenaza, y esta vez es en serio — ya me suspendieron dos veces. Por suerte en casa también saben que iba a terminar pasando, al menos no va a ser una sorpresa. Dejo el libro y examino un poco la habitación, consciente de que nunca más voy a estar sentado en esa antesala esperando al director — en realidad tengo que estar contento, en el fondo es lo que había estado buscando. Miro los paneles de madera que cubren una de los lados, pensando en lo que voy a hacer después de esto. Muchas veces tuve fantasías de dejar el colegio y ponerme a trabajar, pero no en la fábrica. Eric me contó que en los moteles de la Roca te contratan sin experiencia y te dan un lugar para dormir. Siempre la incluyo a Taryn en mis pequeñas fantasías de evasión, imaginándonos compartiendo una cama después de un día largo de trabajo en el motel, ya un poco mayores, contando la plata ahorrada que guardaríamos en una lata de galletitas. Alguna vez se lo dije en un arrebato y ella me avergonzó con sus risas. Eso lo pienso cuando estoy muy angustiado, angustia cuya esencia puede ser más o menos dulce — pero después, al calmarme, el plan parece mucho más difícil y trabajoso. Además ni siquiera sé si es verdad que contratan a gente tan chica. Seguramente busque otro colegio, un colegio en la Roca. Sin quererlo, mis ojos se encuentran con Mrs Ashbury.

‘Te van a expulsar, no?’

‘Sí, al fin’, digo yo, recorriendo el cuarto con la mirada.

‘Vas a trabajar?’

‘Sí,’ contesto, y vuelvo a abrir el libro.

‘Si dejás el colegio te vas a arrepentir — en Little Rock hay otros secundarios.’ Levanto un segundo la cabeza pero después la vuelvo a bajar — no hablo.

Finalmente se abre la puerta y el director asoma su cabeza medio pelada.

‘Pasá, James,’ me dice con seriedad.

Me levanto y doy unos pasos en su dirección, exagerando sin querer el andar de descuido irreverente que desarrollé de forma bastante natural. Me freno en el umbral para mirarlo un segundo al director, después entro.

‘Cómo estás, James?’ Siguiendo una decisión premeditada, no contesto.

‘Por qué creés que te llamé?’ Mantengo silencio.

‘Te acordás de la última reunión que tuve con tus padres? Ellos me dijeron que si seguías negándote a cumplir, que por favor te expulsáramos — pero que no te dejarían ir a otro colegio,’ sus ojos buscan los míos, ‘me dijeron que te obligarían a trabajar en la fábrica.’

James sigue sin hablar, pero miro para abajo, temiendo que mi cara revele preocupación. No me pueden obligar a trabajar en esa fábrica asquerosa — en todo caso me busco un trabajo en la Roca, o en otra ciudad más grande. Igualmente Mamá me confesó una vez que Papá quería ponerme a trabajar en la fábrica pero que ella no lo permitiría y que si me echaban ella me ayudaría a buscar un colegio en la ciudad.

‘No te quiero expulsar, James,’ levanto la cabeza me tarda un siglo levantar esa cabeza pero no dice nada, ‘te quiero dar otra oportunidad — sé que preferirías estar acá que en la fábrica, trabajando todo el día. Lo tuyo es una fase, yo confío en vos, en tu potencial, y confío en que esta fase se va a pasar, y vas a volver a ser como eras antes.’

No puedo escuchar ese discurso otra vez, cómo no le da vergüenza repetir otra vez el mismo discurso, cuántas oportunidades me va a dar? No se puede rebajar tanto, lleva meses amenazándolo se empieza a inquietar, le viene ese sentimiento que es como un fuego, se siente como un canal por donde pasa una fuerza, muchas fuerzas, y es un sentimiento pero también se traduce a algo diferente para cada uno de sus sentidos porque escucha la fuerza y la ve, se le pone en frente de los ojos y se le mete en los oídos en la boca, el director sigue hablando está diciendo que no lo va a expulsar, que cómo lo va a expulsar en Navidad, que le va a dar una última oportunidad que tiene que aprovechar la oportunidad y cambiar de actitud si no quiere terminar en la fábrica el resto de su vida, pero es casi como si lo estuviera imaginando, la experiencia sensible entra filtrada a su cabeza muy rápido muy lento con unos ruidos y con el lenguaje de un delirio y pasa rápidamente con la fuerza rocosa de las fuerzas que tiene dentro todo congelado dentro el director sigue hablando y hablando en una fiebre y a través de la fuerza de las fuerzas que le crecen dentro febrilmente como si una estampida de animales extraños una manada de pájaros extraños lo estuviera pisoteando siente que va a estallar.

Un golpe fuerte retumba en el piso de arriba, interrumpiendo el monólogo del director y penetrando en el sentimiento de James. Algo pasó en el aula justo encima nuestro — la caída de un objeto pesado.

‘Quiero que te tomes las vacaciones de Navidad para reflexionar sobre todo esto. Lo que estás decidiendo no tiene nada que ver conmigo o con tus maestros, ni siquiera con tus padres — tiene que ver con tu futuro, James.’

Cuando salgo de la oficina Mrs Ashbury clava sus ojos en mí y yo no hago nada para que no siga creyendo que me echaron. Invadido por una furia sincera, cruzo la antesala con pasos resentidos y antes de salir se frena cerca de donde ella está sentada y la miro como desde la ventana de un tren en movimiento — sus ojos me devuelven la misma escena, mirando para arriba como si estuviera agitando un pañuelo blanco en un andén pueblerino cuya insignificancia crecería a medida que fuera disminuyendo en el horizonte. Primero pienso que es una despedida parecida a la que tuve con mi maestra, que también creía que me iban a echar — pero sólo tienen ese hecho en común y mi maestra estaba contenta de deshacerse de mí, mientras que Mrs Ashbury me mira con lástima. Pero como el director no se animó a echarme, pretende que yo vuelva como un fracasado al aula, envuelto en gestos desconcertados de personas que no piensan verme más ahí. No puedo volver y en vez de hacerlo encaro directamente para la salida, confundido y furioso, donde me encuentro con el conserje que solamente me mira.

Estoy bien abrigado, pero mis manos tiemblan al sacarle el candado a la bicicleta. Hay una neblina espesa y viva y todo el cielo es un solo gris tremendo, dando la sensación de que pronto va a caer algo de ahí arriba — aunque con nuestro clima imprevisiblemente extremo nunca se sabe qué va a pasar o cuándo. No voy directamente a casa sino que pedaleo un rato deseando que el pueblo sea más grande y llegando al río me bajo de la bicicleta violentamente, respirando con angustia miserable el aire húmedo y frío. Mirando el río y la autopista un poco más lejos, dos canales que cruzan los campos de Arkansas, teñidos del gris omnisciente, fumo varios cigarrillos seguidos y me mareo. Me apoyo en un árbol y dejo que mi miente se pierda y se absorba en sí misma y otra vez surge el monosílabo ‘roca’ para extenderse sobre todo. Después de un rato ya estoy bastante calmado y me empiezo a aburrir — además me está agarrando mucho frío.

Era bastante más temprano que la hora que siempre volvía a casa después del colegio, y terminé yendo al shopping para hacer tiempo. Sabía que era el lugar menos adecuado para mi estado de ánimo, pero no hay ningún otro lugar al que pueda ir. Estuve un rato sentado en el patio de comidas, sin siquiera tener plata para comprar algo, observando a los gordos comer, envuelto en publicidad y luces de colores — entonces me di cuenta de que no tenía sentido y decidí ir a casa igualmente. Al verme entrar, Mamá hizo una mueca y miró el reloj de la cocina — pero eso lo hace muy seguido, sin dejar claro si se fija en el reloj o en la Cruz que está al lado. Mamá es muy rara y su costumbre de no decir las cosas va acompañada de todo un lenguaje corporal servilmente ambiguo. Creo que suponía que me echaron, pero que prefería esperar a que esté Papá para enterarse. En realidad me dio la oportunidad de contarle algo, preguntándome cómo estaba, lo cual nunca hace — siempre me pregunta cómo fue mi día. Le dije que hmm y subí a mi cuarto.

Puse música fuerte y me tiré en la cama, prestando atención a las letras, que siempre me sirven para entender mejor todo lo que me pasa. Más tarde, cuando mis compañeros empezaron a llegar a sus casas, me mandaron mensajes por Facebook preguntando si me echaron — pero no les contesté. También Taryn está tratando de contactar conmigo, pero yo apagué el teléfono y no le contesté en Facebook — entonces me escribió un mensaje largo diciendo que si me echaron que no me preocupe, que nos vamos a seguir viendo, y que hable con ella si estoy mal.

Cuando llega Papá y nos sentamos a comer, ellos hablan un rato sobre los planes de Navidad y Año Nuevo. Este año va a ser todo en casa y va a venir familia de los dos lados, aunque por separado. En Navidad viene la familia de Papá, y en Año Nuevo la de Mamá. Se nota que Mamá está desconcentrada y a veces, mientras habla o escucha a Papá, me mira comer.

‘Me echaron,’ introduzco cuando hay un rato de silencio. Mamá suelta un ‘ay’ y baja la cabeza, Papá se queda con el tenedor a medio camino de la boca. Después lo vuelve a dejar sobre el plato.

‘No podías esperar a después de Navidad? Tan decidido estás de arruinarlo todo?’

Su pregunta es estúpida, pero yo no tengo pensado decir nada. Mamá mira la Cruz, o el reloj.

‘Mirá que te lo buscaste, sabés hace cuánto que le vengo diciendo a tu mamá que no servís? Cuando MacDowell me dijo que estaban cerca de expulsarte le dije que ya era hora, si nunca hacés nada.’ Me humilla un rato con cosas de ese estilo y después de un silencio dice, ‘después de Año Nuevo empezás a trabajar en la fábrica.’ Mamá suelta otro ‘ay’ — yo no digo nada.

‘Ya sé que pensabas que te íbamos a llevar a caballito a un colegio en la Roca para que te hagas amigo de esos drogadictos.’ Ya está gritando, Mamá está a punto de llorar James sólo sacude la cabeza intentando negar cada una de sus palabras mientras le salen de la boca, ‘Una persona de tu edad sólo puede hacer dos cosas, estudiar o trabajar. Ya demostraste que no servís para lo primero — todo lo que te queda para aprender sobre la vida lo vas a hacer trabajando como un miserable.’ El silencio de mamá es lamentable, y creo que en un momento abre la boca no para hablar para llenarla de miedo ‘Y después vamos a ver si podés criar a tus hijos como yo te crié, en una casa grande como esta, vacaciones todos los años, juguetes, bicicletas.’ James sólo sacude la cabeza escuchando a mi Papá y su discurso pueblerino que parece un papel arrugado de piedra intentando hacer de lija en el cerebro que es como si se fuera llenando de sangre pero sangre de animales de diferentes plumas de temperaturas de en aceite de colores negros es el sentimiento es esa cosa de fiebre frío hielo que hace ruido espeso como si todo lo que le quedara por ver y sentir fuera una migraña petrificada ardiente con pinches de metal fundido en petróleo y garras de piedra de animales y dientes y es la fuerza el sentimiento es la fuerza que lo atraviesa intentando asimilar el discurso violento de su padre cuando cada palabra simplemente por venir del exterior choca contra todos lados revoloteando rompiendo la piel causando moretones es la fuerza el sentimiento que lo atraviesa como un tubo brillante que no deja nada fuera que no deja nada dentro que sólo atraviesa que sólo convierte todo en un canal todo en una línea recta de luz de abajo para arriba y todo eso es sacudir la cabeza es el sentimiento es escuchar a su Papá gritando es todo eso y es sacudir la cabeza y sentirlo como un terremoto congelado como la parte líquida de un vaso congelado siendo arrojado siendo sacudido siendo abandonado hacia abajo en un agujero de la alcantarilla de petróleo negro con rojo cayendo hacia la oscuridad de colores de luces de reflectores de metal con pinches.

Una fracción de segundo después de que la lámpara del techo caiga sobre la mesa escucho de golpe toda la serie de sonidos que estuvieron involucrados en su caída, terminando por el estruendo de vidrio cerámica metal. Papá estuvo a punto de seguir gritando, pero él también acabó reaccionando con el suspendido silencio del desconcierto. El gancho metálico de la lámpara se soltó del techo con los tornillos que lo aguantaban — James estuvo cerca de relajar todo eso con una risa de desahogo pero consiguió retenerse creyendo que Papá me hubiera cagado a piñas. Papá está todo rojo de furioso y como la instaló él a la lámpara no comentamos nada sobre cómo se soltó ni por qué. Después de un rato Papá se levanta de la mesa y le dice a James que limpie todo. Mamá no se anima a ayudarme y lo sigue arriba después de darme un beso en la frente.

Esta noche estuve mirando las páginas de Internet de los colegios, algunos ya sé bien cuáles son por verlos desde la camioneta en días de compras o trámites en la Roca con Mamá — otros no estoy tan seguro si los conozco. También miré un poco los moteles, pero no encontraba mucha información sobre contratación y vivienda y eso. Debe ser cuestión de llamar o de aparecerme personalmente en alguno. También cambié mi estado de Facebook a ‘libre al fin’, sin contestar ninguno de los mensajes que me mandan mis compañeros. Con Taryn sí que hablé por el chat — le dije que me echaron. Le conté la reacción de Papá y ella me dijo que no me preocupe, que seguro que después se va a calmar y me va a dejar buscar otro colegio. Pero hablamos poco, yo después le corté la conversación diciendo que no estoy de humor para hablar. Le dije que mañana hablaríamos más. Ella quiere que nos veamos, pero no creo que Papá me va a dejar y le dije que no era lo mejor.

Escucho música en la cama, pensando en cómo Mamá no se animó a decir nada, por más que odie la idea de que yo deje de estudiar. Me invade un sentimiento raro de vergüenza teñida de furia y de lástima, pero estoy seguro que más adelante, cuando Papá se tranquilice, me va a acabar defendiendo — no va a permitir que suceda.

Estos primeros días fueron terribles, Papá está todo el tiempo humillándome y dándome todo tipo de trabajos — el primero fue volver a poner la lámpara. Yo cumplo todo con resignación traidora, avergonzado de mi sumisión y dando rienda suelta a fantasías de escape y redención. No me deja salir de casa y ni siquiera puedo invitar a Taryn. Lo más lejos que puedo ir es a los tachos de basura — excepto el domingo, que volvió a obligarme a ir a misa, por más que hace tiempo que me dijo que si tanto quiero ir al Infierno es mi problema. Me sacó el teléfono, diciendo que ya no lo necesito, pero por suerte no se le ocurrió cortarme el Internet — una buena parte del día me lo paso hablando con Taryn, nos contamos lo que hicimos y hablamos sobre mi situación, mis papás, el futuro. Todo el tiempo me trata de tranquilizar y repite que Papá se va a calmar, que me va a dejar seguir estudiando. También me dijo que estuvo pensando y que le gustaría cambiarse conmigo a otro colegio. Que podríamos ir y volver juntos de la Roca, quizá no este semestre, pero a lo mejor el curso siguiente — ella ya va a tener el registro y podríamos ir en auto. Después llegó Navidad y ahora está toda la familia, en mi cuarto están durmiendo dos de mis primos, mis abuelos y unos tíos están en los cuartos de invitados, la familia del tío Stuart en nuestro trailer y la tía Angela y su familia trajeron su trailer. Encima de todo Papá decidió no decirle a nadie que me echaron porque no quiere ‘arruinarle las fiestas a mis abuelos’ — pero es evidente que es porque le da vergüenza.

Después del pavo el tío Stuart sacó para festejar unas botellas de bourbon que trajo de la Roca. Casi todos tomaron y algunos se emborracharon un poco. Papá tomó bastante — acompañando cada vaso con su usual hipocresía de fanático. Él siempre sermonea diciendo que los condados secos están iluminados por la prudencia de Dios y cosas así. Ya no va a los lugares que últimamente empezaron a conseguir las licencias para vender — trata de convencer a los vecinos de que se sumen al boicot y cada vez que vamos a la Roca me tengo que tragar sus comentarios incendiarios sobre los alcohólicos y drogadictos de Satanás. Hace todo tipo de críticas a la vida urbana y absolutamente cualquier problema en la Roca es para él consecuencia de la venta de alcohol. Cuando ya tomó bastante empieza a hablar sobre la fábrica y la gente que trabaja ahí, de una manera asquerosamente degradante; obviamente se dirige a mí y toda la situación viene con un excedente que arrastra mamá está miserablemente inquieta pero en ningún momento se anima a decirle nada, mientras la cara de Papá está cada vez más roja por el alcohol y su mirada cada vez más patética. Que son todos ignorantes miserables muchos inmigrantes, ignorantes, ateos, que no rezan, que cómo van a poder salir de su miseria si no rezan, que cómo pueden rebajarse a trabajar por tan poca plata si en el fondo no quieren salir de su miseria sólo quieren ir adonde haya algo para comer y para tomar porque son todos alcohólicos si los tiene vistos los viernes cuando alguien trae alcohol de la Roca y se emborrachan y se pelean como animales por el último vaso y el sábado lo mismo y el domingo dormir todo el día si nunca van a la iglesia si nunca rezan ahí es la ley del más fuerte, por ejemplo un escuálido debilucho como James no duraría una semana en esa jauría Yo no sé qué hacer más que no hacer nada más que mirarla a Mamá y sentir lástima por ella y por James y por todo lo que sea nada todo lo que sea silencio, Papá sigue es la fuerza de Papá que sigue negro la muerte está en su boca en sus palabras de fuego negro pero rojo — los demás creo que no se dan cuenta pero James está luchando con el sentimiento y luchando de infinito con la idea del sentimiento con el placer del dolor del sentimiento de la fuerza fría del dolor de ser un canal de fiebre por donde pasan todos los animales deformes por donde sufren todos los ruidos los pinches de metal de piedra de hielo Papá siendo Papá siendo aleteando todo lo exterior siendo todo el hielo seco derretido siendo todo lo que no sea James en la fuerza del canal los ruidos el en color la acidez caliente de no formar parte y a la vez formar parte la lentitud de los sentidos exacerbados infinitos bloqueados.

Empieza a granizar y todo el ambiente navideño sucumbe al redoble del apedreamiento congelado la familia tomada en un arrebato afectado y todo igual todo con el sentimiento con la forma de un silencio fuerte entechado por el repiqueteo continuo fuerte y la violencia fuerza de las advertencias. Después vuelven las diferentes conversaciones u otras conversaciones distintas, excepto mi problemático escuchar a Papá que es absorbido por mi retirada al cuarto desde donde sigo actualizando mi compenetración con el granizo que hace murmurar a la superficie que me cubre.

El día de Navidad todos abrimos los regalos y, para mantener las apariencias, Papá me dio un sobre en frente de todos haciendo ver que era plata. Lo abrí en mi cuarto y ni siquiera era una carta llena de honestidad severamente autoritaria o algo así — era una hoja en blanco.

A la tarde se empezaron a ir todos y el 26 al mediodía ya no quedaba nadie. La casa nuevamente vacía puso en tregua las formas silenciosas de violencia encubierta que estuvimos practicando estos días — hostilidad mucho más rica que su reemplazo, que consiste en repetir dos o tres dinámicas formularias hasta la saciedad, en las cuales Papá me da latigazos de información sobre mi incompetencia, mi futuro miserable en la fábrica y en la vida, mientras yo lo odio y odio mi silencio sumiso — como el de mamá, que todavía no pronunció una sola palabra en mi defensa. Su silencio y los movimientos que lo vehiculan al principio expresaban miedo, represión, compasión, pero ahora lo que transmiten es una resignación cruelmente patética, advirtiendo que se va a mantener al silencio sin ceder y dándome pie a sospechar que la evasión sea la única vía posible.

Cuando llegaron la tía Vicky y los primos me di cuenta de que todo el ciclo volvería a empezar, y la idea se me hacía insoportable. Por suerte en la familia de Mamá son menos, y no hace falta que alguien duerma conmigo. Hoy es 31 y estuve todo el día encerrado en mi cuarto — supongo que Papá ya está cansado de verme. Estuve muchísimo tiempo hablando con Taryn. Nuestra relación se intensificó muchísimo estos días — comprobé, en las largas conversaciones en la computadora, lo mucho que me quiere ella realmente, y nos dijimos cosas que nunca antes habíamos compartido. Ella está firme en la idea de que los dos vamos a terminar en el mismo colegio en la Roca y yo, aún permitiéndome formar parte de la fantasía y el recorrido de su planificación, siento a la misma vez, y ahora más que antes, que Papá realmente no lo va a permitir — algo contra lo cual no tengo manera de oponerme salvo huyendo. La única manera de hacerlo es trabajando y forzosamente abandonar el colegio — pero, por más que el grado de confidencialidad con Taryn está en pico, no puedo planteárselo de forma seria. Ella sabe que lo pienso a veces, pero no se anima a tomárselo más que en chiste, para descalificarlo.

Papá se volvió a emborrachar. Encima, como estamos con la familia de Mamá, se soltó un poco más a la vez que está más violento conmigo. En un momento me sigue a la chimenea y mientras yo miro el fuego él me dice cosas que ya ni puedo escuchar que ya ni puedo entender que salen volando por todos lados rompiendo todo deshaciéndome me dice todo me lo dice todo me dice que es la culpa de James que Mamá ya no puede tener más hijos y para qué para un ingrato como James está diciendo las cosas está diciendo todo el olor a bourbon sale volando entra y sale de James. Pero yo soy incapaz de replicar de hablar estoy acostumbrado a no replicar no replicar fue siempre más fácil no hablar y ahora no replicar es más difícil porque enciende el sentimiento hace vivo no hablar el sentimiento de la fuerza que lo hace estar arrodillado ante el canal ante la fuerza de la gravedad las plumas rotas con sangre de la caída de los mundos de la caída de las cosas que escucha todo lo que ve cae todo lo que siente cae con fuerza pero no cae se queda en él lo hace ser él de la manera más viva de la manera más dura de la manera más inconfundible el aceite espeso y duro de la roca del petróleo de la cosa que hace que algo esté adentro y que algo esté afuera y que todo eso signifique algo incomprensible algo inconfundible el sentimiento lo conecta con el abajo y con la fuerza el arriba lo hace ampliarse hacia los costados ahora ni está adentro de la casa ahora está afuera de la casa pero no está seguro si está adentro de la casa adentro de James o afuera de la casa afuera de James unos fuegos artificiales de hielo está afuera de la casa explotan mueren todo unas luces se confunden con las estrellas de metal y el sentimiento Papá lo sigue afuera con el sentimiento el sentimiento lo sigue afuera con Papá con la fuerza de petróleo congelado unos gritos y todo se confunde todo se hace fuego todo se hace Papá todo se hace el sentimiento el canal espeso del aceite la roca las luces de la fuerza de colores luces apagadas negro el cielo apagado negro con manchas rojas naranjas fuego la tierra de piedra negra la roca negra y James la roca y el sentimiento y Papá metal de animal extraño con sus gritos que entran que incomprensiblemente entran a James con fuerza están dentro de James con la fuerza los gritos de Papá del sentimiento y todo es Papá cómo puede todo ser Papá cómo pueden los gritos de Papá entrar a James pasar por el túnel James del canal de James y el sentimiento y unas palabras se hacen distinguibles y son sobre James son horribles sobre James degradantes sobre James gritos que todavía no puede replicar que todavía no está acostumbrado ni a replicar ni a quedarse realmente callado en el ruido de todo de los límites de todo y puede llegar a su cuarto sin que Papá llegue a su cuarto sin que los gritos lleguen a su cuarto pero el sentimiento va con él a su cuarto el sentimiento va con él al Facebook a buscar a Taryn la fuerza a decirle a Taryn que hay un límite que hay una roca que hay muchas rocas en la fuerza en el sentimiento que hay un escape que hay un canal que cruzar rápido en cámara lenta una línea que cruzar el sentimiento no está parando el sentimiento a mil hora de las luces de los fuegos hechos con petróleo viscoso espeso aceitoso de todo de cada una de las cosas Taryn Taryn claro que Taryn no está en la computadora Taryn está en la vida real está en Año Nuevo está en los fuegos está en todo lo de afuera del sentimiento de fuego de roca derretida fuerza fría de esperar a Taryn de escribir a la fuerza a Taryn de Taryn Taryn esperar y contesta el sentimiento contesta algo de afuera contesta algo de la pantalla es Taryn algo de sus dedos es decirle Taryn Taryn cruzar Taryn salir Taryn escapar a un motel Taryn y ser un motel y ser ellos dos en un motel ser ellos dos pero no es un no es un Taryn que no que cómo que imposible qué no qué estoy loco que no que qué qué que nono que no hay un ruido a quebrar todo lo de afuera de James es quebrar es atravesarlo a James y esto es más que el sentimiento es un universo entero de fiebre adentro y afuera de James son todos los ruidos a aceite de metal de roca de piedra de petróleo de hielo salir al mundo de roca de triste de roca de soledad de roca metal de nada más que James desesperando y el sentimiento y el campo rápido lento y la fuerza y la oscuridad la angustia mojada el pasto mojado congelado húmedo fuerte del campo de roca del túnel de los fuegos de colores de ruido de mil cosas y un pájaro de mil cosas de un pájaro negro caer es imposible un pájaro negro caer directamente rojo hacia abajo hacia el sentimiento hacia la fuerza un pájaro negro caer está muerto el pájaro negro caer el pájaro rojo oscuro los dos pájaros el fuego caer en la roca en James en el sentimiento en la soledad en los tres pájaros caer en la soledad de caer de ser James y no ser james y cuatro pájaros mil pájaros eran mil pájaros eran mil pájaros negros pájarosnegros mil pájarosnegroscaer todo era un pájarocaer todo era ruido oscuro de milcoloresdemil pájarosnegroscaer de mil caer de pájaros de rocade negrospájaros de petróleorojomuerte de mil muertes de todos los pájarosnegros del cielo el fuego caer de la muerte caer no es ni james es la roca petrólea dela roca la roca aplanada por los milpájarosnegros del ruido lento rápido rojo de caer están muertos todo es ruido negro todo son muertepájaros son milpájaros caer sobre el sentimientojames sobrejames sobrepájarosmuerte james la planicie oscura del nuevoaño bajo sobre lospájaros muertemil de mil pájarosnegroscaer de verlos caer de sentirlos caerescucharlos petróleo caer pero a la vez no sentirlosno escucharlos de saber que unamuerte que mil muertes que james quela vida que taryn que la rocademetal quetodo eramuertecaer caer mil pájaros muertos negropájaros caer hacia james hacia la roca hacia mí

1 comentario:

Mikel dijo...
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