jueves, 19 de junio de 2014

Presentación del libro


Hace 200 millones de años
(texto leído en la presentación de Sección de vientos, escrito posteriormente a la impresión del libro -- muchas gracias a todos los que vinieron a mostrarme su amor y apoyo)

Hace 200 millones de años
todo esto era un solo continente
con una sola costa a su alrededor
y no había mamíferos
y no había flores
y no había fósiles de dinosaurios,
pero había dinosaurios.

La cordillera de los Andes no existía,
ya dije que las flores no existían,
era un mundo muy distinto hace 200 millones de años.

Casi no había glaciares,
no había hielo en el polo norte ni el sur, solo el océano líquido cuyas olas rompían sobre las playas de un único continente sin flores, girando alrededor del sol.

Redes de ríos de lava
en los cuales no te podías bañar dos veces
fluían sin cuidado, y a los dinosaurios eso les parecía bien.

A los dinosaurios todo les parecía bien,
la vida y la muerte, la falta de flores,
la actividad volcánica y la separación de los continentes les parecían bien.

Que no existiera la leche, por ejemplo,
les daba tan igual que les parecía bien, y que la tierra girara alrededor del sol,
en un universo de expansión constante, donde todas las estrellas se apagan y toda la materia se separa irremediablemente, también les daba igual y les parecía bien.

En las noches de luna llena, que les parecían bien,
los brachiosaurios proyectaban sombras de su tamaño sobre los territorios,
y los pollitos de pterodáctilo dormían al calor de su madre,
y los pollitos de quetzalcoatlus dormían al calor también de su madre,
la serpiente emplumada.

Y en los océanos los animales se peleaban a muerte,
y los plesiosaurios a veces se escapaban de todo eso y chapoteaban con sus aletas por las playas, sintiendo el calor del sol y la brisa sobre sus pieles.

Y no existían las islas,
no había una sola división sobre la faz de la tierra.
No es que a nadie le importara,
justamente, les daba igual.

Y los mamuts no existían
y los tigres dientes de sable no existían
y los humanos no existían
y las hormigas no existían,
pero yo existía.

Yo estaba ahí -- lo vi todo.
Estampidas de brontosaurios
que se escuchaban a kilómetros de distancia
recorrían la tierra sin cuidado,
transformando las superficies a su paso.

Hambrientos tiranosaurios hundían su dentadura
en la carne de animales de todo tipo y los devoraban.
Pero, se los juro, a los animales que eran devorados, les parecía bien,
"mal" no les parecía, aunque les dolía. Era un mundo muy distinto hace 200 millones de años.

Intermitentes bosques de coníferos delineaban los paisajes de montañas que se iban elevando,
el magma se solidificaba en piedras como ésta y las algas muertas se depositaban bajo las rocas formando petróleo y los continentes se alejaban y se alejaban.

Los continentes no se alejaban ni lento ni rápido
sino a una velocidad que, a mí por lo menos, me pareció bien.

El tiempo geológico siempre me pareció bien,
lo que le tarda al oleaje deshacer un acantilado
o a las placas tectónicas elevar una cadena montañosa me parece bien.

No me aburre ni me emociona sino que me resbala,
lo vi pasar, nada más… me parece bien.

Vi a los coníferos y todos los árboles evolucionar de primitivas plantas de este tamaño.
Vi, años antes, un asteroide tan grande como Marte chocar contra la tierra y arrancarle un pedazo que después sería la luna.
Vi miles de millones de extinciones.

Y todo lo que vi me pareció bien,
todos los principios y medios y finales me parecieron bien,
partes intercambiables de un gran acontecimiento que me parece bien,
que viene y va como si nada.

Milenarias glaciaciones, como el invierno de las estaciones, vienen y van como si nada y eso me parece bien,
Catastróficas erupciones volcánicas me parecen perfectamente bien,
terremotos y tsunamis suceden y pasan, sin grandes acontecimientos, y nada de eso me parece nada, nada más que bien.

Todo lo que existe me parece bien, y todo lo que no existe, probablemente exista o existió alguna vez, entonces también me parece bien, a menos que no exista en serio y en ese caso me parece bien también.

La cantidad de meteoritos que cayó en la tierra me parece bien
y cuando viene el huracán me parece bien
y la extinción masiva del pérmico-triásico, que mató al 95% de las especies marinas
¿por qué habría de parecerme otra cosa más que bien?

Ayer me enteré por twitter de que era el día del escritor,
y a la tarde busqué mis libros en la imprenta
lleno de dudas y temores y deseos y exaltaciones sobre algo tan breve e insignificante como eso
pero que sin embargo, supongo que es normal, sentía muy fuerte.

Y después volví al Norte en barco, por primera vez,
y vi la luna llena salir sobre el río y elevarse por el cielo sin nubes,
y me cagué de frío.

Desembarqué en el muelle con la bici al hombro,
y en el muelle mismo me subí y salí pedaleando sobre las tablas de madera, entre las cuales se veían los reflejos intercambiables de la luna sobre el agua.
Mi aliento estaba a la vista de todos, bajo las luces nocturnas,
y me faltaba abrigo,
y la tierra giraba alrededor del sol
y la luna alrededor de la tierra.

El frío era tremendo,
no tenía casi sensibilidad en las manos,
y pasé por el puesto de flores en Lasalle y Uriburu
y me fui desprendiendo de mi cuerpo
y me vi a mí mismo andando en bicicleta
desde la perspectiva de un barrilete,
y yo planeaba por el aire haciendo grandes curvas cuando yo doblaba en las esquinas del bajo San Isidro.

Y todo lo que me pasaba,
tipo los miedos y deseos y exaltaciones y todo lo que me parece algo distinto a bien,
estaba enteramente conmigo ahí abajo pedaleando,
arriba estaba vacío, no había nada, un poco de viento, nada más,
y me seguí desprendiendo
y sentí miles de millones de conexiones fluir y evanescerse,
y la tierra siguió girando, pero después paró de girar.

Todo eso quedó tan en el pasado,
¿la tierra? ¿la vía láctea? ¿todas las constelaciones y sus miles de millones de civilizaciones? ¿quién recuerda todo eso?
Yo lo recuerdo, recuerdo el Sol, cómo brillaba

¡qué bola de fuego la puta madre!
y recuerdo los miles de millones de soles que brillaban parecido,
y todas las veces que se inventó la rueda,
y todos los dientes y todas las formaciones rocosas y coralinas y todos los últimos suspiros.

Pero los años pasan suavemente de a millones,
nada es para siempre excepto esto, y ahora,
en este universo oscuro, frío y desolado,
son esos recuerdos los que me mantienen,
la simple idea me da calor, de que lo que no es ahora lo fue alguna vez o lo será,
y de que yo ahí estaba y seguiré estando,
una red de cadenas de descargas energéticas y brotes de comunicación.

La comunicación, me parece, es una parte importante de todo esto.

Creo que este invierno me va a parecer bien,
es como un deseo que tengo,
pero no es tan fácil.








  


foto: Benja Domenech

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Disfruté de la lectura de este monologo que se parece al canto a mi mismo. Intuyo que es el producto de una epifanía. Parece carecer de inhibiciones. Da saltos con la libertad del visionario y la fe del loco. La data prehistórica es interesantísima y bien fundamentada. Pero de esa solidez casi objetiva se pasa a la poesía del punto de vista y la lengua patina en el verdín del surrealismo.
Todos estos rebusques de crítico para decirte que me gustó. Que prefiero haberlo leído a ser otro.
Boy

Mikel dijo...

Mikel to Boy
Asunto: (no subject)


BOY
Muchas gracias por tu comentario.
Tus "rebusques de crítico" tienden a enriquecer el texto de la manera más rara, sacándole el corazón y dándoselo de comer

Quiero decir que me alegraron mucho los puntos que tocaste.

Efectivamente, después de años de repetirme "no le robes a whitman, no le robes a whitman, sería absurdo que le robaras a whitman", fui y le afané a whitman.

Pero me alegra que no haya pasado desapercibido el contraste entre el pequeño ego y esa especie de consciencia total, casi objetiva, como decís vos, pero que necesariamente tiene que incluir al ego. Era lo que más me interesaba del texto cuando lo escribía, y me costó muchísimo evitar los adjetivos relativos tipo grande, enorme, o lo que sea, igual se me escapaban y tenía que pensar alternativas. Es un ejercicio interesante, pero todo el tiempo pensaba ¿y después quién se va a dar cuenta de que hice ese esfuerzo?

Así que gracias otra vez, me alegra que se haya dado esa comunicación

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Boy to Mikel
Asunto: RE (no subject)

uy!


me encanta tu respuesta porque niega la espada de Damocles de que la comunicación no existe y que cada uno lee lo que quiere.... aca se dio cierto milagro de contacto y explotan los fuegos de artificio para el festejo.... hubo contacto...
no mencioné a Whitman pero me captaste... llevaste el canto a la prehistoria... a la indiferencia del glaciar.... y de allí te pasaste a tu corazoncito y nos diste de a uno los latidos del punto de vista local y perentorio de un tipo que llamamos mikel pero en cuya carne no figura su nombre porque lo cultural flota y los fósiles se hunden en el barro.
Te faltó confiarme que fue una epifanía.... tus otros textos son más cerebrales y por lo tanto me llegan menos... nada me impacrtó como esta locura en que el caballo se te debocó y apenas pudiste controloarlo. Volvé a fumar de eso. Se ese artista y no el cagón. Te lo dice un cagón con patente y cetificado.
A mi gusto mostrate el amanecer. Quiero ver el día. Ponele huevo y matá a quien haya que matar... dejá una piuerna en el camino... no hace falta caminar, ya estás acá.
Me encantaría que publicases en tu blog tu respuesta y esta, mi contra respuesta, para que otros gocen de este momento y para que opinene desde las ramas de los árboles con gritos de monos y silbidos de serpientes y la selva entera sea un canto a vos mismo y te pongas a bailar como si el valle fuese un agujero negro y comprendiras por fin el significado del punto final.