viernes, 26 de junio de 2015

Auto


 


2 comentarios:

Mateo dijo...

Me emocionó esa verga que escribiste. Da cuenta de toda tu sensibiligay. Me hizo acordar a una verga que escribió Sallinger, cuando la suegra de Seymour Glass le pregunta a Seymour qué quiere ser después de la guerra. Seymour responde que "un gato muerto", pero no explica porqué. El motivo, que el lector sí conoce, es que nadie puede ponerle precio a un gato muerto.
Te quiero mucho, amigo.

Boy dijo...

Excelente narración, Mikel. Pinta tu aldea y serás universal. Se habla tanto de la imaginación... y al final el relato hecho con el sentido del tacto, así, tocando como un ciego, tiene la fuerza incomparable de la sencillez. Tengo una gata negra que vive con nosotros desde que entró un día, siendo pequeña, al negocio de Maribel y se sentó en su falda, hace diez años. Sancho Maribel y yo la amamos. Se llama Magia. Estás invitado a visitarla. Se que te va a reconocer.