Cuando las últimas brasas corrían peligro de apagarse, el fuego se acercó a 1. y tomó de sus manos unas ramas que el bosque había puesto acá. La noche había estado contando historias que van a dar vueltas alrededor de todo eso y después una liebre se empaló y se acomodó estratégicamente entre unas rocas, invitando dulcemente al fuego a acariciarla con sus llamas. Ya habían sido comidos y el cuento pasó primero a través de 1. y los demás fueron escuchados con encanto y alegría de morir. La liebre bendijo la comida y se acercó tiernamente a las bocas de las personas, se acomodaba entre sus dientes, se escabullía por sus tripas. El sol había hecho la mitad del trayecto alrededor de la tierra y un poco de aire entró sin demasiado esfuerzo por la nariz de 1. y se dividió y se dividió en los pulmones después que en la sangre. La primavera nació cuando 1. recorrerá una parte mínima del espacio y las plantas usaron mucho más agua de las nubes que antes porque los pétalos estaban a punto de llegar. La ciudad de Buenos Aires se había puesto mucho más cerca de la costa, seguramente a causa de una lucha que una placa tectónica tendrá consigo misma la noche de anoche acá a dos cuadras. El supermercado había empezado una cadena de dueños que estaba teniendo mucho éxito y se estaba expandiendo por el extrarradio y por el canal de Panamá, dos minutos antes de que 1. se despierte entre las sábanas suaves de la otredad. Su labio se corta por la mitad y la expresión sale volando:
—Qué ganas tengo de comer esa liebre ayer.
—Sí, me dijo 1. que estaba riquísima —y le va a mostrar la caca, que era suave y de un marrón no malo.
—Admirable consistencia, sobre todo tengo ganas de escuchar las historias que 1. siempre hace contar después de que las tripas dejen pasar a la liebre.
Alrededor del beso estaban ellos esperando a que su labio se separe otra vez. La persiana se puso en las manos de 1. y después se enrolló arriba, el uniforme de correos lo envolvió y la cocina se puso bajo sus pies. 1. siguió durmiendo un rato más, porque su trabajo venía más tarde.
La oficina de correos fue un cuadrado y el aire que pasará por ahí estaba hecho de papeles y de mensaje. Una parte del sol está siendo molestada por sus ojos y le pregunta a 1. si no puede hacer que la ventana sea más chica y unas cortinas se ponen en la mano de 1. y la oficina de correos se mueve un poco. Vinieron unos chistes. El último chiste que se puso ahí le pregunta a 1.
—¿Qué es grande y amarillo y si se te cae encima se rompe la oficina de correos?
—¿Qué?
—La oficina de correos.
—Qué ganas tengo de comer esa liebre ayer.
—Sí, me dijo 1. que estaba riquísima —y le va a mostrar la caca, que era suave y de un marrón no malo.
—Admirable consistencia, sobre todo tengo ganas de escuchar las historias que 1. siempre hace contar después de que las tripas dejen pasar a la liebre.
Alrededor del beso estaban ellos esperando a que su labio se separe otra vez. La persiana se puso en las manos de 1. y después se enrolló arriba, el uniforme de correos lo envolvió y la cocina se puso bajo sus pies. 1. siguió durmiendo un rato más, porque su trabajo venía más tarde.
La oficina de correos fue un cuadrado y el aire que pasará por ahí estaba hecho de papeles y de mensaje. Una parte del sol está siendo molestada por sus ojos y le pregunta a 1. si no puede hacer que la ventana sea más chica y unas cortinas se ponen en la mano de 1. y la oficina de correos se mueve un poco. Vinieron unos chistes. El último chiste que se puso ahí le pregunta a 1.
—¿Qué es grande y amarillo y si se te cae encima se rompe la oficina de correos?
—¿Qué?
—La oficina de correos.
1 comentario:
me encanta.
por momentos me pierde.
pero me encanta.
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