—¿Qué estás leyendo?—Al falo, de Virginia Woolf.—Jaja, buenísimo, se debería llamar así la novela.
—¿Qué?
—Nada, eso, que es gracioso decir "Al falo" en vez de "Al faro".
—Jaja, sí, nunca lo había pensado, está bueno.
—¿Qué?
—Nada, eso, que está bueno "Al falo", nunca se me había ocurrido. En inglés no se puede.
—Pero vos lo dijiste primero.
—¿Qué?
—Que dijiste "Al falo" antes que yo.
—¿Qué? No.
—Sí, cuando yo te pregunté qué estabas leyendo, me dijiste "Al falo" de Virginia Woolf.
—Jaja, así es más gracioso todavía, "Al falo de Virginia Woolf".
—Sí, está bueno. ¿Pero en serio no te diste cuenta que lo dijiste?
—¿Qué? No, yo no dije eso, lo dijiste vos. Yo dije "Al faro".
—No, yo no lo dije. O sea, lo dije, pero después de escucharte a vos decirlo.
—Habrás escuchado mal, no sé, a mí nunca se me ocurren esas cosas. Como cuando me dijiste que había que empezar a escribir Folkner con o.
—Ah sí, esa se la dije a Mario y ¿sabés lo que hizo? Lo puso en un cuento.
—Qué ladri.
—Después viene y me dice, te hice un homenaje en mi último cuento. Qué homenaje ni homenaje, si yo no salgo por ningún lado. Homenaje es lo que hacen los hombres cuando te culean.
—Jaja.
—Sí, me está empezando a caer bastante mal el chabón. ¿Viste la antología que está preparando, de escritores jóvenes? Es tan soberbio el flaco, que NO se va a incluir a sí mismo.
—Jaja.
—No, pero en serio eh, el otro día me mostró un borrador del prólogo... Qué careta... Como si él no fuera un escritor joven. Habla como si el mundo fuera su pija el chabón. Escribe así también. Es bueno, pero cada oración se levanta a la mañana y con un buen desayuno que no sabe cómo mierda fue cocinado, sale a dominar el mundo, a esclavizarlo y regularlo y comprenderlo de forma unívoca. Atrás de cada frase hay una casita perfectamente cuidada y decorada que le sonríe y le pide que vuelva, que no se lastime.
—Jaja, es verdad eh. Yo lo re veo en sus ensayos. Agarra el significado de las cosas y no lo deja escapar, como si el mismo hecho de que quieran escapar no significara que hay otros significados. Ni se da cuenta que si no quiere que escapen es porque hay algo que siente la necesidad de defender, unos valores que quiere mantener erectos y que ve amenazados. ¿Vos qué texto le mandaste?
—Los siete poemas esos.
—Ah, buenísimo, no sabía que podíamos mandar poesía también.
—Sí, creo que va a ser más que nada poesía el libro eh.
—Ah, mirá.
—¿Vos qué le mandaste?
—No me decidí todavía. En el fondo me jode un poco que me haya incluido, porque él sabe que yo en realidad no estoy para publicar todavía. No sé si lo hizo por obligación o para humillarme.
—No, ¿qué obligación? Mario Tilano jamás incluiría "por obligación" un texto que no le gusta en un libro con su apellido. Un flaco se puede sentir obligado a ponerse el forro, pero nunca a adoptar al pibe.
—Bueno, para humillarme entonces.
—Jaja, no, te está "homenajeando".
—Creo que prefiero que me humillen. No me molesta que me digan que soy de tierra, que me humilden. Esa vergüenza es de chabón. Les recordás de dónde vienen y te cagan a piñas. A mí la tierra me gusta. Y si la humanidad está jodida, no me parece que sea por venir de la tierra. Es re masculino ese rencor a la tierra, a la "puta madre". Prefiero reconciliarme con la tierra a seguir pensando que es una puta y la fuente de todos los problemas "del hombre". Con la tierra no tengo problemas, o al menos prefiero estar tirada en el barro ante que meterme en la ducha toda wasqueada y con tremendo dolor de orto.
—Jaja. Parece que nunca te homenajearon bien homenajeada. Igual, es mentira que no estés para publicar eh.
—No sé, Lara, no sé.
—Podrías escribir un diálogo como el que estamos teniendo ahora. Le cambiamos el nombre a Mario y yastá.
—Jaja, sí, tremendo homenaje. "Tilano, el otro día me puse un strap-on y escribí este texto. Te lo mando para tu antología, puto."
—Jaja. ¿Cómo lo escribirías, con "l" o con "r"?
—¿Qué cosa? ¿Tilano?
—Ja, no... jaja. Al faro, o Al falo. Al principio del diálogo.
—Ah, claro. No sé. Para mí que dije faro, pero si es para escribirlo como cuento, habría que poner falo ¿no?
—Sí, además dijiste eso. ¿En serio que no fue a propósito?
—Ni me di cuenta, de hecho sigo pensando que dije faro.
—Habrá sido un lapso.
—Jaja, lapsus, mongui... tuviste un lapsus.
—¿Dije lapso no?
—Sí.
—Qué tarada. Bueno, pero lo reconozco. Reconocé que dijiste falo.
—No, cuando tenés un lapsus te das cuenta después, yo dije faro, esto segura... Pero es un buen lapsus igual, ¿qué diría Freud?
—Que sos una chupapijas.
—Jaja, qué boluda.
—Boluda vos, pelotuda.
—Jaja, qué pene.
—Bueno, no me rompas más las bolas.
—Jaja, si no tenés bolas vos, las bolas son de mi strap-on y me los estoy estrellando contra tu culo. Es un homenaje. Lo que sí tenemos son huevos. ¡Y los chabones no tienen! Se monopolizan todas las metáforas.
—Jaja. De última si no nos decidimos, le preguntamos a Mario, que siempre sabe el significado unívoco de las cosas.
—Jaja. "Acá te mando el texto para la antología. Lo que no sé es si al principio dice Al faro o Al falo. Vos que sabés de estas cosas, ¿qué pensás que dice? ¿Cuál de los dos no amenazaría tu patriarcado y tu unidad de significado? Decidí vos, ya que estás tan convencido de que es imposible que diga las dos cosas. Ademas, el libro es tuyo, papi, hacete cargo."
—O sino hacemos que los personajes sean ponjas, y pensamos mil ambigüedades más.
—Eso es verdad ¿viste? vos le decís a un ponja "falo" y "faro", "roca" y "loca", y le suena exactamente igual. Y todo lo pronuncian con una "r" medio rara que casi suena a "l". Mi profesora de japonés me decía "Rara".
—Jaja, está bueno Rara.
—Callate que vos serías "Pirar".
—No me jode. Che me voy a comer algo.
—¿Qué?
—Nada que tengo hambre. Además me cansé de estar en la compu.
—¿Qué compu? ¿De qué hablás?
—¿Qué? Nada, llevo toda la mañana chateando y mirando cosas, me voy a cocinar algo y seguir leyendo a Woolf.
—No entiendo.
—¿Qué no entendés?
—El chiste de la compu, no entiendo.
—¿Qué chiste? Te hablo en serio, me voy a comer algo.
—Pero no venden comida acá.
—¿Acá dónde? ¿De qué hablás?!
—No sé, vos empezaste.
—¿Qué cosa empecé yo?
—No sé, el chiste ese de la compu.
—Pero no es ningún chiste.
—Bué... ya fue entonces.
—Sí, no te entiendo... en fin... no importa. Pero ahora sí, me voy a comer algo.
—¿De vuelta con eso? ¿Qué vas a comer acá en el bondi?
—¿Qué bondi? ¿Qué te pasa Lara?
—No sé, ¿a vos qué te pasa? Estamos acá viajando en el colectivo y me empezás a delirar.
—Yo no estoy en ningún colectivo, estoy en mi casa, hablando con vos por chat.
—Me estás delirando.
—Vos.
—Yo lo único que sé es que estamos sentadas en un bondi, yendo a la presentación del libro de Mario.
—¿Eh? Estás loca.
—No sé, ¿vos pretendés que no estamos acá? ¿que estamos hablando por chat, que yo estoy en mi casa hablando por chat?
—En tu casa o en donde sea que estés, yo que sé. Además, ¿decís que estamos yendo a la presentación del libro de Mario?
—Sí.
—¿La antología?
—Sí.
—Es imposible, si todavía ni está lista.
—¿Cómo?
—No está terminada la antología esa, hace quince minutos estuvimos hablando sobre qué textos mandar o no mandar.
—¿Qué?
—¿Decís que no te acordás?
—No sé de qué me estás hablando.
—Si lo tengo todo escrito en la ventanita del chat, mirá:
"Lara says: ¿Vos qué le mandaste?
Pilar says: No sé, no me decidí todavía."
—No entiendo nada. Yo te juro que estoy sentada en el colectivo, te estoy viendo la cara mientras me hablás, que cada vez tiene una expresión más desconcertada. Mirá... te estoy tocando.
—Me estás delirando.
—No, vos sos la que no para con la joda, Pilar. Estás pirada.
—La rara sos vos, Lara, dejá de limarme.
—A ver, si es un chat, ¿cómo vamos a haber tenido la confusión de "Al faro" o "Al falo"?
—No lo había pensado. Buena pregunta. A ver, lo voy a mirar.
"Pilar says: Al falo, de Virginia Woolf."
—Te dije.
—Sí, tenías razón. No sé cómo no lo pensamos antes. Pero ¿ves que es un chat?
—Eso no prueba nada, te podés inventar todas las citas que quieras. A Borges no le dijeron nada.
—Eso de Borges... todo el mundo dice que se inventa las citas y eso, pero no sé si hay tantos ejemplos.
—¿Qué importa Borges Pilar?
—Qué se yó, vos lo nombraste.
—Sí, pero era para demostrar algo, no para irme por las ramas hablando de literatura. Hasta que no me admitas que me estás limando, todo lo demás me parece irrelevante.
—Admitilo vos.
—No tengo nada que admitir... Uy es acá. Apretá el timbre, dale.
—Qué boba.
—No en serio tocá que no llego. Dale que nos pasamos.
—No me limes más! Me voy a comer.
—Nos re pasamos. Tocá en esta que va a cruzar la 25 de Mayo.
—Lo único que voy a apretar yo es es la tecla que apaga la computadora.
—Ayy. Bueno, entonces correte y dejame tocar. No quiero llegar tarde a la presentación, me dijo Mario que yo leía mi cuento primero.
—¿Qué cuento? ¿No ibas a mandar poemas?
—Al final lo cambié, ¿no te dije? Uy, ojo con el escalón que está como más bajo que lo normal. A último minuto le mandé el diálogo ese que colgué en el blog, el de las ambigüedades y el falogocentrismo y todo eso. No sé si hice mal, pero la verdad que la antología esta no me importa tanto.
—¿Qué diálogo? Hace tiempo que no entro a tu blog, a ver, lo voy a leer ahora.
—¿Ahora? No, dale que estamos a una cuadra de la Libre. Cuando lleguemos me vas a escuchar a mí leerlo.
—¿Vas a leer un diálogo, vos sola? ¿No va a ser medio confuso?
—Uy, sí, tenés razón, no lo había pensado. Bueno ¿me hacés el favor? ¿Yo hago una voz y vos hacés la otra?
—Bueno, pero dejame comer algo primero. Ahora vuelvo.
—No, dale.
—Es un toque. 15 minutos. Beso.
—Bueno, parece que no llegó mucha gente todavía. Pero apurate. Creo que arriba hay choris.
—¿Qué?
—Nada, eso, que es gracioso decir "Al falo" en vez de "Al faro".
—Jaja, sí, nunca lo había pensado, está bueno.
—¿Qué?
—Nada, eso, que está bueno "Al falo", nunca se me había ocurrido. En inglés no se puede.
—Pero vos lo dijiste primero.
—¿Qué?
—Que dijiste "Al falo" antes que yo.
—¿Qué? No.
—Sí, cuando yo te pregunté qué estabas leyendo, me dijiste "Al falo" de Virginia Woolf.
—Jaja, así es más gracioso todavía, "Al falo de Virginia Woolf".
—Sí, está bueno. ¿Pero en serio no te diste cuenta que lo dijiste?
—¿Qué? No, yo no dije eso, lo dijiste vos. Yo dije "Al faro".
—No, yo no lo dije. O sea, lo dije, pero después de escucharte a vos decirlo.
—Habrás escuchado mal, no sé, a mí nunca se me ocurren esas cosas. Como cuando me dijiste que había que empezar a escribir Folkner con o.
—Ah sí, esa se la dije a Mario y ¿sabés lo que hizo? Lo puso en un cuento.
—Qué ladri.
—Después viene y me dice, te hice un homenaje en mi último cuento. Qué homenaje ni homenaje, si yo no salgo por ningún lado. Homenaje es lo que hacen los hombres cuando te culean.
—Jaja.
—Sí, me está empezando a caer bastante mal el chabón. ¿Viste la antología que está preparando, de escritores jóvenes? Es tan soberbio el flaco, que NO se va a incluir a sí mismo.
—Jaja.
—No, pero en serio eh, el otro día me mostró un borrador del prólogo... Qué careta... Como si él no fuera un escritor joven. Habla como si el mundo fuera su pija el chabón. Escribe así también. Es bueno, pero cada oración se levanta a la mañana y con un buen desayuno que no sabe cómo mierda fue cocinado, sale a dominar el mundo, a esclavizarlo y regularlo y comprenderlo de forma unívoca. Atrás de cada frase hay una casita perfectamente cuidada y decorada que le sonríe y le pide que vuelva, que no se lastime.
—Jaja, es verdad eh. Yo lo re veo en sus ensayos. Agarra el significado de las cosas y no lo deja escapar, como si el mismo hecho de que quieran escapar no significara que hay otros significados. Ni se da cuenta que si no quiere que escapen es porque hay algo que siente la necesidad de defender, unos valores que quiere mantener erectos y que ve amenazados. ¿Vos qué texto le mandaste?
—Los siete poemas esos.
—Ah, buenísimo, no sabía que podíamos mandar poesía también.
—Sí, creo que va a ser más que nada poesía el libro eh.
—Ah, mirá.
—¿Vos qué le mandaste?
—No me decidí todavía. En el fondo me jode un poco que me haya incluido, porque él sabe que yo en realidad no estoy para publicar todavía. No sé si lo hizo por obligación o para humillarme.
—No, ¿qué obligación? Mario Tilano jamás incluiría "por obligación" un texto que no le gusta en un libro con su apellido. Un flaco se puede sentir obligado a ponerse el forro, pero nunca a adoptar al pibe.
—Bueno, para humillarme entonces.
—Jaja, no, te está "homenajeando".
—Creo que prefiero que me humillen. No me molesta que me digan que soy de tierra, que me humilden. Esa vergüenza es de chabón. Les recordás de dónde vienen y te cagan a piñas. A mí la tierra me gusta. Y si la humanidad está jodida, no me parece que sea por venir de la tierra. Es re masculino ese rencor a la tierra, a la "puta madre". Prefiero reconciliarme con la tierra a seguir pensando que es una puta y la fuente de todos los problemas "del hombre". Con la tierra no tengo problemas, o al menos prefiero estar tirada en el barro ante que meterme en la ducha toda wasqueada y con tremendo dolor de orto.
—Jaja. Parece que nunca te homenajearon bien homenajeada. Igual, es mentira que no estés para publicar eh.
—No sé, Lara, no sé.
—Podrías escribir un diálogo como el que estamos teniendo ahora. Le cambiamos el nombre a Mario y yastá.
—Jaja, sí, tremendo homenaje. "Tilano, el otro día me puse un strap-on y escribí este texto. Te lo mando para tu antología, puto."
—Jaja. ¿Cómo lo escribirías, con "l" o con "r"?
—¿Qué cosa? ¿Tilano?
—Ja, no... jaja. Al faro, o Al falo. Al principio del diálogo.
—Ah, claro. No sé. Para mí que dije faro, pero si es para escribirlo como cuento, habría que poner falo ¿no?
—Sí, además dijiste eso. ¿En serio que no fue a propósito?
—Ni me di cuenta, de hecho sigo pensando que dije faro.
—Habrá sido un lapso.
—Jaja, lapsus, mongui... tuviste un lapsus.
—¿Dije lapso no?
—Sí.
—Qué tarada. Bueno, pero lo reconozco. Reconocé que dijiste falo.
—No, cuando tenés un lapsus te das cuenta después, yo dije faro, esto segura... Pero es un buen lapsus igual, ¿qué diría Freud?
—Que sos una chupapijas.
—Jaja, qué boluda.
—Boluda vos, pelotuda.
—Jaja, qué pene.
—Bueno, no me rompas más las bolas.
—Jaja, si no tenés bolas vos, las bolas son de mi strap-on y me los estoy estrellando contra tu culo. Es un homenaje. Lo que sí tenemos son huevos. ¡Y los chabones no tienen! Se monopolizan todas las metáforas.
—Jaja. De última si no nos decidimos, le preguntamos a Mario, que siempre sabe el significado unívoco de las cosas.
—Jaja. "Acá te mando el texto para la antología. Lo que no sé es si al principio dice Al faro o Al falo. Vos que sabés de estas cosas, ¿qué pensás que dice? ¿Cuál de los dos no amenazaría tu patriarcado y tu unidad de significado? Decidí vos, ya que estás tan convencido de que es imposible que diga las dos cosas. Ademas, el libro es tuyo, papi, hacete cargo."
—O sino hacemos que los personajes sean ponjas, y pensamos mil ambigüedades más.
—Eso es verdad ¿viste? vos le decís a un ponja "falo" y "faro", "roca" y "loca", y le suena exactamente igual. Y todo lo pronuncian con una "r" medio rara que casi suena a "l". Mi profesora de japonés me decía "Rara".
—Jaja, está bueno Rara.
—Callate que vos serías "Pirar".
—No me jode. Che me voy a comer algo.
—¿Qué?
—Nada que tengo hambre. Además me cansé de estar en la compu.
—¿Qué compu? ¿De qué hablás?
—¿Qué? Nada, llevo toda la mañana chateando y mirando cosas, me voy a cocinar algo y seguir leyendo a Woolf.
—No entiendo.
—¿Qué no entendés?
—El chiste de la compu, no entiendo.
—¿Qué chiste? Te hablo en serio, me voy a comer algo.
—Pero no venden comida acá.
—¿Acá dónde? ¿De qué hablás?!
—No sé, vos empezaste.
—¿Qué cosa empecé yo?
—No sé, el chiste ese de la compu.
—Pero no es ningún chiste.
—Bué... ya fue entonces.
—Sí, no te entiendo... en fin... no importa. Pero ahora sí, me voy a comer algo.
—¿De vuelta con eso? ¿Qué vas a comer acá en el bondi?
—¿Qué bondi? ¿Qué te pasa Lara?
—No sé, ¿a vos qué te pasa? Estamos acá viajando en el colectivo y me empezás a delirar.
—Yo no estoy en ningún colectivo, estoy en mi casa, hablando con vos por chat.
—Me estás delirando.
—Vos.
—Yo lo único que sé es que estamos sentadas en un bondi, yendo a la presentación del libro de Mario.
—¿Eh? Estás loca.
—No sé, ¿vos pretendés que no estamos acá? ¿que estamos hablando por chat, que yo estoy en mi casa hablando por chat?
—En tu casa o en donde sea que estés, yo que sé. Además, ¿decís que estamos yendo a la presentación del libro de Mario?
—Sí.
—¿La antología?
—Sí.
—Es imposible, si todavía ni está lista.
—¿Cómo?
—No está terminada la antología esa, hace quince minutos estuvimos hablando sobre qué textos mandar o no mandar.
—¿Qué?
—¿Decís que no te acordás?
—No sé de qué me estás hablando.
—Si lo tengo todo escrito en la ventanita del chat, mirá:
"Lara says: ¿Vos qué le mandaste?
Pilar says: No sé, no me decidí todavía."
—No entiendo nada. Yo te juro que estoy sentada en el colectivo, te estoy viendo la cara mientras me hablás, que cada vez tiene una expresión más desconcertada. Mirá... te estoy tocando.
—Me estás delirando.
—No, vos sos la que no para con la joda, Pilar. Estás pirada.
—La rara sos vos, Lara, dejá de limarme.
—A ver, si es un chat, ¿cómo vamos a haber tenido la confusión de "Al faro" o "Al falo"?
—No lo había pensado. Buena pregunta. A ver, lo voy a mirar.
"Pilar says: Al falo, de Virginia Woolf."
—Te dije.
—Sí, tenías razón. No sé cómo no lo pensamos antes. Pero ¿ves que es un chat?
—Eso no prueba nada, te podés inventar todas las citas que quieras. A Borges no le dijeron nada.
—Eso de Borges... todo el mundo dice que se inventa las citas y eso, pero no sé si hay tantos ejemplos.
—¿Qué importa Borges Pilar?
—Qué se yó, vos lo nombraste.
—Sí, pero era para demostrar algo, no para irme por las ramas hablando de literatura. Hasta que no me admitas que me estás limando, todo lo demás me parece irrelevante.
—Admitilo vos.
—No tengo nada que admitir... Uy es acá. Apretá el timbre, dale.
—Qué boba.
—No en serio tocá que no llego. Dale que nos pasamos.
—No me limes más! Me voy a comer.
—Nos re pasamos. Tocá en esta que va a cruzar la 25 de Mayo.
—Lo único que voy a apretar yo es es la tecla que apaga la computadora.
—Ayy. Bueno, entonces correte y dejame tocar. No quiero llegar tarde a la presentación, me dijo Mario que yo leía mi cuento primero.
—¿Qué cuento? ¿No ibas a mandar poemas?
—Al final lo cambié, ¿no te dije? Uy, ojo con el escalón que está como más bajo que lo normal. A último minuto le mandé el diálogo ese que colgué en el blog, el de las ambigüedades y el falogocentrismo y todo eso. No sé si hice mal, pero la verdad que la antología esta no me importa tanto.
—¿Qué diálogo? Hace tiempo que no entro a tu blog, a ver, lo voy a leer ahora.
—¿Ahora? No, dale que estamos a una cuadra de la Libre. Cuando lleguemos me vas a escuchar a mí leerlo.
—¿Vas a leer un diálogo, vos sola? ¿No va a ser medio confuso?
—Uy, sí, tenés razón, no lo había pensado. Bueno ¿me hacés el favor? ¿Yo hago una voz y vos hacés la otra?
—Bueno, pero dejame comer algo primero. Ahora vuelvo.
—No, dale.
—Es un toque. 15 minutos. Beso.
—Bueno, parece que no llegó mucha gente todavía. Pero apurate. Creo que arriba hay choris.
5 comentarios:
este diálogo me genera una extraña identificación...
está buenísimo
que bueno que está.
tengo 1 cosa que decir, solo.
pero es genial.
Yo había expresado de que me gustaba mucho, pero se ve de que a blogger no le gustó de que me gustara. Genial, Mikel. You are the que man.
decime la cosa angus
Y qué van a decir ahora los que quieren hacernos pensar que la literatura ha sido desplazada por las nuevas y fagocitantes artes multivisuales? Se van a querer comer el puño! filmate esta puto!
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