Querido Dr. Jukebox,
Si la memoria no me falla, hacía casi dos meses que no llovía.
Ahora llueve. Me estoy mojando los pies abajo del escritorio porque no quiero
cerrar las ventanas, y es una perspectiva rara la que tengo de las gotas que
están cayendo hacia este lado del edificio en un ángulo de 45 grados. Se ven
como medio blancas las gotas, medio lechosas, y son unas gotas gigantes, cada
gota son como cuatro o cinco gotas juntas. Apenas rozan el marco de la
ventana ya se empiezan a desagrupar, y cuando chocan contra el piso revientan
en mil fracciones de gotita. Tengo en el balcón una de tus esculturas (la del
torbellino de sillas) y las gotas ahí no entienden nada, chocan contra todos
lados, cada vez que piensan que llegó la superficie definitiva y que ya no se
podían dividir en más pedacitos de gota, vuelven a rozar contra una pata de
silla de medio centímetro de diámetro, vuelven a estrellarse contra un respaldo
de chapa del tamaño de dos falanges. Si la miro fijamente, veo como un aura de
confusión y movimiento alrededor de la escultura, y los sonidos que hace son
lindísimos, es como si estuviera lloviendo música africana. Acabo de grabar en
un cassette el sonido de la lluvia y de la lluvia haciendo música con tu
escultura y voy a meter el cassette en el sobre cuando te mande esta carta.
Es raro vivir en un lugar tan seco, te acostumbrás a dejar todo en
el balcón, y después cuando empieza a llover te das cuenta de todas las cosas
que tenés que entrar. Lo que no me gusta es que sea tan obvio que va a llover,
durante varios días sabés que va a llover, y estás a la expectativa, no es una
sorpresa. Ayer sabía que iba a llover y no podía pensar en otra cosa, y hoy a
la mañana me despertó un trueno y pensé en lo lindo que sería que me despierte
trueno sin que yo sepa de antes que va a llover.
Ahora las gotas están cayendo con más fuerza, y ya no son 45
grados, están entrando por la ventana en líneas casi horizontales. Se me está
mojando todo el escritorio, pero no quiero cerrar la ventana. Acabo de sacar
todos los libros del escritorio, y lo moví un poco más para adentro, ahora
tengo como tres metros entre el escritorio y la ventana, y siguen llegando
algunas gotas. El papel en el que te estoy escribiendo está bastante mojado. La
tinta no se corre, pero cuando vos leas esta carta va a estar toda ondulada de
esa manera que se ondula el papel mojado al secarse. Mientras escribo estoy
constantemente levantando la cabeza, porque hay unos relámpagos increíbles y no
me los quiero perder. Antes cuando estaba grabando los sonidos en el cassette,
pensaba en lo lindo que sería que un trueno fuertísimo también quede ahí
grabado. Ahora tengo en la otra mano la grabadora, y cuando
vuelva a ver un relámpago bien fuerte voy a apretar el botón de REC, quizá llego a grabar el sonido.
Waa, el que acabo de ver. Estaba por todo el cielo, parecía que
todo el cielo era un vidrio roto, parecía que todo el cielo era un terreno volcánico,
un montón de serpientes de lava, la escritura urgente de un mago inmortal.
Acabo de rebobinar la cinta para ver si pude grabar eso, pero solamente se
escucha un poquito del final, necesita más tiempo la máquina. Ahora estoy
dejando que grabe, que grabe todo. Pensaba que sería lindo mandarte un cassette
con un minuto o dos de la tormenta, algo corto y especial, intenso. Pero esto
supongo que también es lindo, que puedas poner este cassette y dejarlo sonando
un rato mientras pensás o hacés otra cosa. O quizá lo escuches con la Princesa Absoluto,
mientras recuerdan historias de cuando estábamos todos juntos. Historias de los
bosques, del barco, de todo eso. No sé si hacen eso, intercambiar anécdotas,
recordar. Yo (es raro, llevo varias frases leyendo mis palabras en voz alta
mientras las escribo, y van a quedar grabadas en el cassette que te voy a
mandar), yo lo recuerdo como un sueño, igual a la manera como recuerdo los
sueños. Princesa Absoluto, si me estás escuchando, te quiero decir que está
todo bien, lo recuerdo como un sueño, ¿entendés? está todo bien. Y te quiero
pedir perdón, pero no, creo que si voy a decirte esto (Dr. Jukebox, acabo de
parar la grabadora, ahora sólo te escribo, a vos, espero que me puedas entender:
cuando vuelva a prender la grabadora, voy a dejar de transcribir lo que voy
diciendo, y le voy a hablar a la Princesa. No sé si vas a escucharlo o no,
preferiría que no lo hagas, pero también veo natural que escuches.
Todo como un sueño, eh, igualito a un sueño.
Todo como un sueño, eh, igualito a un sueño.
Doctor, siempre fue un placer, a pesar de los errores. "...a la
indestructible fuerza del Amor, cuyo semblante divino es la belleza del Todo,
bajo cuyas alas existo, en cuyo nombre yerro..." Lo sigo recitando entero
cada mañana. Hoy lo hice bajo la lluvia. Sigo creyendo en cada palabra, en cada letra.
Espero que ustedes también.
Con el amor de antes,
Duque de Windsurf
Duque de Windsurf
2 comentarios:
GROSO.
Me gustó mucho.
gracias bretoon
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